Modo Conservador
Dicen los entendidos que un libro te puede cambiar la vida, la mía no fue una excepción.
me educaron en una forma conservadora—incluso temerosa—para ciertas cosas, como, por
ejemplo, los rituales y creencias que mi abolengo había adoptado en años atrás. Por instancias de
mi padre, en su retintín de: “Lee, lee, lee” se formó en mí, de una manera inenarrable, el hábito
por la lectura. Dentro de los chispazos literarios que he tenido, fue haber leído libros como, Las
48 Leyes del Poder, y Las 33 Estrategias de la Guerra del escritor Estadounidense Robert
Greene. Estos libros me sacaron de ese esquema lineal-conservador y me hicieron ver la vida en
una forma panóptica: ahora comprendo un poco más a la naturaleza humana de la que soy parte.
La génesis de la vida literaria de este silvestre parroquiano también es acompañada de cultores
como, Baltasar Gracián y muchos más que en su momento relacionaré; no obstante, quiero
enfatizar que Greene vino a concatenar una serie de vivencias literarias que estaban dispersas en
los anaqueles de mi memoria.
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