No lo veo, pero lo siento, sentir es percibir, mi código genético lo acepta y no lo rechaza, siento un despertar espiritual raudamente, que no sé, que es, pero una fuerza superior a la mía, ha ganado terreno en ese paramo desértico de mi existencia donde paulatinamente mis incredulidades se están desvaneciendo y una luz de varios colores que no puedo descifrar, cada día se agiganta más en lo recóndito de mi ser, reitero no sé que es, pero me gusta que sea.