Un gran perro sarnoso amenazaba a una gata y sus gatitos. Los había acorralado en la esquina de un granero cuando, de pronto, la gata se irguió sobre sus patas traseras y empezó a ladrar y a gruñir con fuerza. Alarmado y confuso el perro se dio la vuelta y salió corriendo del granero con la cola entre las patas.
Volviéndose hacia sus gatitos la gata madre levantó una pata y les dijo: ¿ Veis ahora la ventaja de ser bilingüe ?
OSHO, Inteligencia.
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