Mi corazón tiene inclinación partidaria, mi cerebro es totalmente imparcial, pero totalmente imparcial. Como todo ser humano tengo derecho a sentir, pero también tengo derecho a pensar, y pensar cuesta, todavía cuesta más pensar bien. Sin entrar en una dialéctica laberíntica o un escarceo ( vaivén ) de opiniones. Mis Agradecimientos porque me han aceptado tal como pienso, no como siente mi corazón. Hasta hoy que escribo estas líneas mi corazón no ha sufrido ninguna mutabilidad.
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