Se cuenta que antes la adulación consistía en inclinarse ante una persona hasta tocar el suelo con la cabeza. Ahora, muchos vemos la adulación como la intención de lo que se cree que puede agradar a otro, pero la finalidad que lleva es prodigar alabanzas en exceso para conseguir algo a cambio. Definen que la adulación es tan antigua como el mundo y ejemplo evidente de ella en tiempos modernos es la célebre frase de Luis XIV (El estado soy yo), fruto de las más desatinadas adulaciones de los cortesanos de esa época. No en todos los casos pero donde hay juego de intereses hay varios actores que desempeñan bien su guión: el zalamero, el empalagoso, el enredador como decimos “el que da garabato”, el correveidile, el que lleva y trae chambres, el bufón, el que divierte, el que se entera de todo, a este hay que tenerle mucho cuidado es el que se burla después. La adulación está en todo, en los tiempos modernos es más visible y palpable.Los seres humanos no percibimos cuando nos adulan, nos gusta, nos agrada, empezando por este servidor. Hay que distinguir la cortesía y la adulación. Una de ellas controlen los gestos y la repetición del elogio y la forma de acercarse a uno la gente que lo quiere adular o una cortesía desinteresada. Nota : voy aplicar para consejero.( No me vayan adular que los voy aceptar con beneplacito y cariño ).Son bromas este es un artículo.
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