Los que más lejos están de El Salvador, son los que mas cerca se encuentran del diario vivir de nuestra patria.
El salvadoreño por naturaleza jamás, jamás olvida su terruño.
El salvadoreño cuando se encuentra fuera de nuestro territorio y observa a otro salvadoreño no necesita preguntarle, solamente con el intercambio de miradas nos identificamos.
Pero el mayor sueño del salvadoreño es venir a residir nuevamente algún día a su país, lo lleva en sus entrañas.
Después de Dios, El Salvador
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