Conocimiento y Cultura

viernes, 8 de abril de 2011

LA BANCA DE DESARROLLO


 Por la naturaleza de mis ocupaciones puedo consultar a micros, pequeñas y medianas empresas  y en estas  es donde está la productividad del país. Y alguna propiedad me da opinar Cada pequeño comerciante en muchos casos se auxilia de algún pariente que le ayuda y este a su vez se vuelve un empleado indirecto. Es bueno que se capaciten y se den cursos de administración ya que estos negocios representan más el 90 % de las empresas del país donde hay más de 150.000 establecimientos y son los que dinamizan la economía. Muchas pero muchas empresas quieren continuar trabajando pero han caído en mora con sus obligaciones crediticias y esa preocupación les resta productividad, más sus colaterales de su salud, diabetes, hipertensión, otros queriendo atentar contra su propia integridad personal por la falta de capacidad y presión en no poder solventar sus compromisos,. Una recomendación sería que el gobierno busque refinanciar esas obligaciones con la BANCA DE DESARROLLO y aliviar esa incertidumbre y poder arrancar de nuevo Lo que sería un nuevo crédito en una establecida empresa, pero si se va esperar a dar créditos a nuevos empresarios como se está especulando habría que esperar dos generaciones.. Como un muestreo unos países lo primero que hicieron es salvar las empresas ya existentes insuflando nuevos créditos y hasta el momento les ha dado resultado, otros han creado Ministerios para la pequeña empresa.  Hay gestiones en la asamblea legislativa,  pero como que va para largo. Cada vez que se cierra una pequeña empresa su repercusión nos afecta a todos. Soy un tozudo optimista y se está a tiempo de salvar las empresas ya existentes,  hay que estar embebido en el comercio para empáticamente sentir las necesidades de los comerciantes y no confundir lo teórico, con lo vital y práctico. La virtud del salvadoreño es incombustible a pesar de los inconvenientes sigue trabajando. Sino se pueden crear  más empleos hay que tratar de conservar los que se tienen, Los países que tienen este mismo problema es que se descuidaron de sus empresas y hay ejemplos. Hay un adagio muy bonito” es necesario nacer de nuevo” Los salvadoreños también necesitamos nacer de nuevo comercialmente y sin temores. Se  pueden traer   modelos de crecimientos  importados, pero la realidad salvadoreña es otra. Hay que apostarles a las empresas en estos momentos el país necesita productividad. Sin el ánimo de ser pesimista, sin esgrimir una aviesa negatividad, con sugerencias de buena intención y en un lenguaje popular la cosa no está fácil.. Hay que ponerle mucha  atención al clamor de un pueblo. Existe crispación y desaliento por no poder pagar sus obligaciones.  Hay que buscar una cuota asequible para que el pequeño comercio pueda producir sin presión.. Se sabe que el gobierno está haciendo un denodado esfuerzo y es plausible y laudable por salir adelante pero se requiere que se  acelere, antes que se vuelva laberíntico. En estos momentos que vive nuestro querido El Salvador, el  tiempo no puede esperar al tiempo, tengo una desesperada esperanza y fortaleza que Dios nos va dar a los salvadoreños la oportunidad de nacer de nuevo comercialmente. Estas líneas no tienen nada que  ver con política, ni mucho menos con coludidas intenciones, es una sugerencia  de un ciudadano



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