“Todo ser humano está donde está y es lo que es a causa de sus establecidas costumbres de pensamientos y acciones. El hombre puede pensar en términos de limitaciones autoimpuestas de miedo, duda, envidia, codicia y pobreza, y la fuerza cósmica de la costumbre cambiará estos pensamientos en su equivalente material. O puede pensar en términos de opulencia y plenitud y esta misma ley expresará sus pensamientos en su contrapartida física. La pobreza es el resultado directo de una conciencia de pobreza que procede de pensar en términos de pobreza, teniéndola y hablando constantemente de ella. Si desea opulencia, dé ordenes a su subconsciente para que la produzca, desarrollando así una conciencia de prosperidad y verá cuán rápidamente mejoran sus condiciones económicas. La ley de la fuerza cósmica de la costumbre es creación propia de la naturaleza. Es el único principio universal mediante el cual el orden y el sistema y la armonía son llevados a cabo en toda operación del universo, desde la mayor estrella que cuelga en los cielos hasta los más pequeños átomos de materia.”
Hill, Napoleón. La clave de la riqueza.
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