Recuerde: la mayoría de la gente es transparente y tan legible como un libro abierto, no controla sus palabras ni su imagen y es por entero predecible. Para emanar un aire de misterio basta con mostrarse un tanto reticente, guardar silencio, decir alguna que otra frase ambigua, parecer deliberadamente inconsistente y actuar de manera “ diferente “, con sutileza. Después, las personas que lo rodean magnificarán ese aura, al tratar constantemente de interpretarlo.BIBLIOGRAFIA. Greene, Robert. Las 48 leyes del poder.
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