La liana de la tolerancia está por reventarse ya se estiró demasiado solo queda una brizna. Pienso, que no pensarán el daño que se le está haciendo a un pueblo, nunca habíamos estado tan alborotados como ahora. La pregunta, que pensarán, que reflexiones tendrán, solo serán impulsos irreflexivos descorazonados. En mis años de mozalbete, cuando mi reloj biológico marcaba la seis de la mañana. Cuando estaba en el amanecer de mi vida y veía y escuchaba a un funcionario en los distintos medios de comunicación me sentía un liliputiense ante esa grandeza, admirando lo serio, adusto y circunspecto de sus actitudes y aptitudes y me formulaba un interrogatorio personal, ese señor debe conocer y saber bastante, ahora que ha transcurrido un tiempo puedo percibir que me equivoqué por mi inocencia cultural y cognoscitiva.
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