Replico, reitero, repito, insisto, por favor escuchen mi plegaria, a pies juntillas, pero por favor escuchen el clamor de muchos desempleados, para que El Salvador salga de esta situación que nos encontramos es ayudar a las microempresas, la mayoría de gente que está sin trabajo se ha dedicado a poner su pequeño negocito, verbigracia en los zaguanes de sus casas pequeñas ventas de pupusas, para ganarse el sustento de sus hijos. A esta gente hay que ayudarle insuflándoles con créditos para que crezcan y no son grandes créditos, esta gente quiere salir adelante, por favor ayúdenles. No hay que pensar mucho en las alturas, hay una confusión de las verdaderas necesidades, la realidad salvadoreña es otra, la realidad nuestra es vital no es técnica. El crecimiento de Chile, Brasil y otros países simplemente se dedicaron a ayudar a los microempresarios. Un microempresario es un sorbetero, el señor que vende sorbetes en la calle.
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